
Democracia Cristiana marca distancia del tráfico de credenciales y cuestiona silencios cómplices dentro del partido.
En una decisión sin precedentes, el presidenciable Mario “Chano” Rivera y la candidata a diputada Karen Guandique anunciaron en rueda de prensa el 14 de noviembre, la renuncia oficial del partido Democrata Cristiano a todas las credenciales electorales que les fueron asignadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
La medida, según explicaron, responde a un compromiso ético con el país y a su negativa rotunda de participar en el ya conocido “mercado negro” de credenciales electorales, una práctica que históricamente ha sido utilizada para favorecer intereses políticos a través del fraude o la compraventa de representación en las mesas.
“Hoy devolvemos nuestras credenciales. No estamos aquí por la plata, sino por principios. No queremos ser parte de esa corrupción silenciosa que se ha normalizado en cada proceso electoral”, expresó Rivera. Guandique, por su parte, recalcó: “No vamos a prestarnos a ese juego sucio que tanto daño le hace a la democracia.”
La renuncia se da en un contexto tenso, a menos de dos semanas de las elecciones, donde algunos actores políticos dentro de la Democracia Cristiana han sido señalados por participar en negociaciones opacas con otros partidos.
Uno de ellos es Godofredo Fajardo, miembro de la Democracia Cristiana, quien no solo ha evitado pronunciarse sobre el tema, sino que según fuentes internas estaría promoviendo el voto a favor de Jorge Aldana, del partido de gobierno LIBRE, y facilitando credenciales de su partido a operadores vinculados al oficialismo.
Aunque Rivera y Guandique no mencionaron nombres directamente, sí hicieron un llamado claro a que “cada quien asuma su responsabilidad histórica” y denunciaron los intentos de cooptar el proceso electoral mediante acuerdos por debajo de la mesa.
“La política no puede seguir siendo un negocio de unos pocos. Nosotros venimos a hacer patria, no a tranzar con el poder”, dijo Chano, dejando claro que su movimiento busca marcar una diferencia con los actores tradicionales.
La renuncia de PDCH a las credenciales envía un mensaje directo al electorado y al resto de los movimientos: no todos están dispuestos a sacrificar la ética en la carrera por el poder. Y mientras algunos prefieren el silencio y el acomodo, otros, como Chano Rivera, apuestan por la transparencia y la dignidad, aunque eso signifique jugar en desventaja.